La razón de ser de los hoteles es facilitar el descanso del cliente cuando éste se encuentra fuera de su hogar, por lo que todos los elementos que conforman el espacio -mobiliario y textil- se deben elegir acorde con unos parámetros de calidad y confort.
La ropa de cama –sábanas, encimeras, fundas de almohada y cuadrante, edredones nórdicos, mantas, colchas, protectores de colchón, plaids y cojines decorativos, cubre-canapés, etc.- es una de las piezas clave en la habitación de un hotel puesto que la cama es el espacio donde el huésped pasa la mayor parte de su tiempo.
En la elección de la ropa de cama se deben contemplar factores como la composición -si se trata de algodón, poliéster, lino o seda-, así como la confección –con pespunte u orillado, calado, bies o bordón-. La selección del tipo de lencería de cama influye en la percepción final del huésped a la hora de determinar el nivel de calidad del hotel.
Sin embargo, pese a las diferencias en cuanto al género y acabado, hay un elemento de distinción que prácticamente han adoptado la totalidad de los hoteles: el blanco como color para la ropa de cama.
Lencería de cama blanca para hoteles
La moda por el color blanco en la lencería de cama se remonta a la década de los 90. Hasta ese momento, los hoteles más distinguidos del mundo empleaban ropa de cama de color por la facilidad que presentaba en el lavado. El Hotel Westin fue el pionero en introducir la ropa de cama blanca en sus habitaciones, apostando por su famoso “heavenly bed”, una “cama divina” totalmente blanca que a día de hoy todavía promete un sueño reparador.
Tras un período de prueba, los diseñadores del hotel se dieron cuenta que los huéspedes estaban más satisfechos con su estancia, puesto que percibían que la habitación que iban a ocupar durante las próximas horas o días había sido renovada. Y es que el blanco es un color que se asocia a conceptos como limpieza, armonía y lujo.
Ropa de cama de hoteles: calidad y durabilidad
Las sábanas blancas permiten detectar rápidamente cualquier mancha, por lo que proporciona al huésped una mayor seguridad de limpieza. A diferencia de la ropa de cama de color, para garantizar ese blanco inmaculado los textiles se deben lavar a una temperatura superior y con desinfectantes que garanticen su total higienización.
Puesto que el lavado se realiza en lavanderías industriales y su frecuencia de uso es muy elevada, la lencería de cama de hotel debe estar confeccionada con materias primas de calidad que garanticen su suavidad y durabilidad.
Con el objetivo de ofrecer soluciones textiles para hostelería que proporcionen confort al cliente final, Burrito Blanco dispone de una colección para hostelería compuesta por encimeras y fundas de almohada sueltas, así como juegos de cama completos, confeccionados sobre tejidos de gran calidad de algodón (100%) y también de algodón (50%) / poliéster (50%), siempre en color blanco.
